POEMA DE GILGAMESH: LA LARGA VIDA DEL HÉROE


Por: Jonathan Fortich
@fortich79
@MusaParadisaca3


Las películas de súper héroes se llevan un porcentaje importante de la taquilla de la última década. El héroe, en general, es una idea que se identifica muy bien con los protagonistas de las historias más populares de los últimos años. Esta idea de un ser que destaca de su entorno y cuyas acciones devienen en transformaciones benéficas para su sociedad tiene una historia tan larga como la narrativa misma, o casi.

Por supuesto, es imposible saber cuándo se contó una historia por primera vez y, más aún, cuál fue. Lo más probable es que las historias se hayan contado primero oralmente, mucho antes de la invención de la escritura. Ésta nace con el fin de llevar un registro de los bienes que acumulan las primeras sociedades civilizadas.

Sumeria es la civilización más antigua que conocemos. Es probable que alrededor del año 2.750 a.n.e. Uruk, una de sus principales ciudades, haya sido gobernada por un rey conocido como Bilgamesh o Gilgamesh. Sin embargo, no hay seguridad de que este gobernante haya sido una persona real. Lo cierto es que aproximadamente en el siglo XX a.n.e. diversas composiciones poéticas que tenían al rey en cuestión por protagonista comenzaron a compilarse y organizarse de manera escrita en una obra que hoy conocemos como Poema de Gilgamesh. Hasta hoy, es la historia más antigua que conocemos.

Para responder a las quejas de los mortales por los abusos de Gilgamesh, la diosa Aruru crea a partir de un poco de arcilla a Enkidu, un hombre criado entre lo salvaje que habrá de enfrentar al tirano. Sin embargo, tras el enfrentamiento, Gilgamesh y Enkidu se hacen amigos y marchan al bosque de Cedros a combatir al gigante Humbaba. La diosa Inanna se enamora de Gilgamesh pero este la rechaza. Ella, en venganza, envía al Toro Celeste pero es vencido por Gilgamesh y Enkidu que luego reparten la carne del animal entre los pobres. Enkidu lanza un pedazo de carne al rostro de la diosa. Enkidu cae enfermo y muere. Tras enterrar a su amigo, Gilgamesh emprende un largo viaje en busca de la inmortalidad hasta encontrar a Utnapishtim, el único sobreviviente del Diluvio que enviaron los dioses.

La tablilla del Diluvio. (British Museum)

El impacto de esta historia en las ciudades de lo que hoy llamamos Irak, Irán y Siria llevó a que fuese transcrita varias veces y que, además, sus versos fueran empleados para la formación de los escribas: los primeros profesionales del oficio de la escritura. Las peripecias de Gilgamesh se seguirían copiando en los siglos siguientes, su influencia se haría sentir en la tradición narrativa de los siglos siguientes y llegaría a otros territorios y culturas. Sentimos ecos del Gilgamesh en los poemas de Homero, pero también en el Génesis bíblico (el hombre creado a partir del barro, el relato del Diluvio). Pero además, si exploramos los detalles del relato encontraremos situaciones, conflictos y caracteres que se replicarán en la novela, el teatro, el cine y las series de T.V.

El gobernante déspota que a través del desarrollo de la acción descubre una verdad dolorosa lo encontraremos siglos después en Edipo rey. De ahí hasta Macbeth y más allá seguiremos viendo las contradicciones entre el poder desmedido y la razón. La contradicción entre la vida citadina y la vida silvestre que se expresa entre los distintos orígenes de Gilgamesh y Enkidu será explotado por siglos en toda clase de expresiones artísticas. A su vez, estas parejas opuestas y complementarias que al principio se enfrentan para después resultar fraternizando o, incluso enamorándose han llegado a ser tan recurrentes en la narrativa, la dramaturgia y el cine que parece que su existencia fuera obligatoria para diversos formatos. Por supuesto, el Gilgamesh es, entre otras cosas, el ejemplo más antiguo que conocemos de lo que luego será formulado como “viaje del héroe”. En ese sentido, esta historia tiene el particular encanto de parecernos algo ya visto; pero aquí lo encontraremos en su versión más básica, más rudimentaria; aún sin el filtro de la teoría y del pensamiento abstracto. Después de ella, la seguiremos encontrado en cada relato, en cada héroe, en cada hazaña, en cada lucha.

Así, el Gilgamesh en sí mismo es el comienzo de un largo viaje de cuatro mil años. Conocer esta obra es fundamental para el narrador de historias contemporáneo. Su tema base es el miedo a la muerte y, en ese sentido, se mantiene vigente. Quizá, este temor explique la necesidad de las diferentes sociedades por contarse o, incluso, sea la razón para que desde hace milenios practiquemos eso que hoy llamamos arte.

No ha sido poco el camino recorrido y es mucho lo que falta por andar. Ahora buscamos compañeros de viaje con quienes compartir los frutos de nuestras experiencias. Ha sido difícil hasta aquí, por eso sabemos que todo lo que venga será mejor.

Esperamos sus comentarios y aportes para que nos acompañen en este proceso de conocer la tradición y las herramientas del viejo y difícil oficio de contar historias.

Comentarios

  1. Excelente artículo. Muy bien pensado y escrito. Queda muy claro que es el primer ejemplo del periplo del héroe, de forma escrita.

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  2. Muchas gracias por su comentario que nos motiva a seguir adelante. Tenemos planes de volver al tema del héroe en una próxima ocasión.

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