"PARTIE D'ÉCARTÉ" (1896): CINE Y CERVEZA

Por Jonathan Fortich


El 20 de febrero de 1896 en la Institución Politécnica de Londres —hoy Universidad de Westminster— se proyectó Partie d'écarté (Juego de écarté), filme producido por los hermanos Auguste y Louis Lumière quienes, unas semanas atrás habían presentado públicamente en París su Cinématographe.

El écarté es un juego de naipes de origen francés para dos personas, aunque hay variantes para tres o cuatro jugadores. Su nombre significa, literalmente, «descartar». Como el whist, es un juego de turnos, pero tiene una fase de descartes especial. Parece que cada vez se juega menos.

Paul Cézanne. Les joueurs de cartes, c. 1892 (Merion, EE. UU.)


Entre 1890 y 1895 el pintor Paul Cézanne trabajó una serie de ocho cuadros conocida como Los jugadores de cartas. Los personajes de estas obras son campesinos provenzales que fuman pipa y llevan sombreros estropeados por el tiempo. Al principio de la serie hay cinco personajes; al final, sólo hay dos hombres. La serie responde a un motivo propio de la pintura de género francesa y holandesa del siglo XVI.


Paul Cézanne. Les joueurs de cartes, c. 1895 (París, Francia)

Louis Lumière y su hermano Auguste eran hijos de Antoine Lumière, la persona sentada a la izquierda del cuadro, y de Jeanne Josephine Costille. Habían nacido en Besanzón pero crecieron en Lyon, donde se establecieron por los días de la guerra franco-prusiana. Allí, el trabajo de retratista del padre le permite a la familia ascender socialmente. En 1893 los dos hermanos se habían casado con Marguerite y Rose Winckler, hijas de Alphonse Winckler, el hombre que, en la película, sentado en el centro del cuadro, sirve la cerveza. 

En febrero de 1892 el joven Leon Bouly (1872-1932) patenta un aparato reversible de fotografía y de óptica para el análisis y la síntesis del movimiento, llamado “Cynématographe Léon Bouly”. El aparato era capaz de registrar y proyectar imágenes en movimiento usando como soporte película Eastman sin perforaciones. Sin embargo, no hay evidencias de que Bouly haya podido hacerlo funcionar. Dos años después, al no poder pagar los derechos de su patente, los hermanos Lumière se la compran. El diseño es perfeccionado por Jules Carpentier. Los Lumière registran como propio el Cinématographe Lumière el 13 de febrero de 1895.


Tumba de las familias Winckler y Lumière (Lyon, Francia)

Alphonse Winckler, el suegro de los Lumière, era un cervecero alsaciano, oficio aprendido de su padre, que había llegado a Lyon en 1869. Para 1890 su cervecería era la más grande de la región. En diciembre de 1893 creó la sociedad A. Winckler e Hijos. Mientras se ocupaba de la adquisición de materias primas, sus hijos Charles y Jules se encargaban, respectivamente, de la dirección comercial y de producción. Ese año, en agosto, Jules se había casado con Juliette Lumière. Entendemos que la cerveza que sirve Winckler en este filme es la suya.

Quien está frente a Antoine Lumière, jugando con él a las cartas, es Félicien Trewey. Es el único actor profesional en la escena que, aunque hace de sí mismo, exagera su interpretación. De los tres burgueses sentados alrededor de la mesa, es el único de extracción obrera. A self-made man, dirían los liberales. Trewey había nacido en un taller de Angoulême, conocida por sus fábricas de papel, el 23 de mayo de 1848. Eran días muy agitados para Francia. Ocho días antes, el proletariado "(...) se introdujo por la fuerza en la Asamblea Nacional, esforzándose en vano por reconquistar su influencia revolucionaria, sin conseguir más que entregar a sus dirigentes más enérgicos a los carceleros burgueses." (K. Marx. La lucha de clases en Francia de 1848 a 1850. Madrid: Fundación Federico Engels, p. 67) El padre de Félicien era maquinista y vivía en las instalaciones de su centro de trabajo. A los quince años, el chico escapó de casa para hacerse acróbata ambulante. Muy joven, se convierte en un exitoso comediante en el sur de Francia, llega a ser dueño de una caravana ambulante de pantomima y de una compañía de variedades. Su éxito como comediante, lo lleva a París y a otros países de Europa. Se hace también famoso por su talento para la ombromanie, la práctica de hacer sombras chinescas con las manos. Trewey era un viejo amigo de los Lumière y recibió de ellos la concesión para explotar el Cinématographe en Gran Bretaña. Le veremos en otras películas Lumière, por supuesto.


Página del libro de Trewey, The Art of Shadowgraphy (Londres: s. f.)


El cuarto hombre de la escena es Antoine Féraud. El único que está de pie, el que entra y sale de cuadro. Es el único del que no podemos encontrar datos biográficos en Internet. Aparece en otros dos filmes Lumière: Partie de tric-trac y Départ en voiture. En ambos filmes le vemos con un comportamiento mucho más sobrio, casi tímido. A la vista de estos filmes podemos creer que hacia parte del servicio doméstico de la familia Lumière y, seguramente, de mucha confianza. En Partie de tric-trac enciende su pipa mientras los patrones juegan y en Départ en voiture se acerca a despedirles.

Mientras que en la serie de Cézanne los personajes parecen irse amalgamando al decorado, los filmes Lumière enfatizaban la perspectiva. En este caso podemos ver en un primer término y de perfil a Antoine Lumière y a Trewey entregados a su juego de naipes. Winckler, al estar ubicado un poco más lejos de la cámara y más frontal, con la atención puesta en su cerveza ¿tenía acaso la intención de exportarla al Reino Unido?—, crea un segundo término. Féraud es para Winckler sólo un medio para satisfacer su deseo: tener la cerveza ante sí y servirla, no para sus amigos, sino para la cámara. Féraud, que sale de cuadro, vuelve con su utilería y con sus gestos "comenta" la acción, crea un tercer término dinámico. A su vez, el decorado tiene por lo menos tres capas: las palmeras y arbustos, una columna, y una puerta de madera. En la abertura de esta, que está totalmente en sombra, tendríamos el punto de fuga de la composición, oscuridad máxima en un entorno de mucha luz.

Si hay algo que pone los filmes Lumière por encima de los que venía haciendo W.K.L. Dickson para Edison, es el dominio de la fotografía y los fundamentos de la pintura. Cada una de sus películas es una auténtica obra de arte. En lo que coinciden los Lumière y Edison es que su gran objetivo es el lucro. Ambos estaban produciendo mercancías. La diferencia es que, ante la prueba de la Historia, los filmes Lumière tuvieron calidad artística desde el principio; los filmes Edison sólo encontrarían ese nivel a comienzos del siglo XX con Edwin S. Porter.


Edwin S. Porter, 1901

En los términos más lúdicos los cinéfilos pueden justificar su consumo de cerveza por su cinefilia. Más allá de esto, encontramos que desde sus orígenes la contradicción arte y comercio está presente en la historia del cine. La realidad que explica esta contradicción es que el cine tiene la particularidad de ser una forma artística que puede llegar a tener un alcance masivo. Por su origen, el cine se encuentra aún sometido al comercio y bajo él se ha hecho altamente rentable. En 2019, antes de la pandemia, la taquilla mundial había llegado a los 42.200 millones de dólares; un solo filme estrenado ese año, Avengers: Endgame, llegó a recaudar casi 2.800 millones de dólares. El cine, a su vez, alimenta con sus contenidos y lenguaje a la industria del video juego, probablemente la forma de entretenimiento más rentable en estos momentos. Estos altos niveles de ingreso en tiempos de crisis económica no han hecho que las películas sean mejores. Pareciera que es al contrario. De hecho, las altas ventas de una mercancía no significan una calidad superior. Los ejemplos abundan por estos días.

Las luchas obreras han permitido que los trabajadores de muchos países puedan acceder al tiempo libre. Esto que hoy denominan industria del entretenimiento inunda de mercancías de mala calidad el tiempo libre de los obreros. Las artes en general, y el cine en particular, son víctimas de la crisis existencial que ha creado el capitalismo en su fase de decadencia. Esta crisis sólo puede ser superada por la revolución socialista internacional. Ella liberará a las artes de las cadenas del capitalismo para hacerlas crecer y que sus mejores frutos sean el alimento espiritual de la humanidad. La cerveza, en vez de ser la puerta a otras drogas, será otra bebida más que los adultos consumirán responsablemente.

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